Una vez culminados todos los pasos previos, se procede a crear los artículos en su forma más básica. Primero se toma una hoja de cuero grande y se corta en tiras, estas mismas deben de ser de mayor anchura que la que se planea para la prenda final. Usualmente se emplean dos o tres fajas, una estructural de material más grueso, y una de apariencia más suave; la tercera (en el caso de estar presente) sirve de núcleo.
Se toman las tiras y se les unta un adhesivo especial en la cara interna, luego se dejan reposar unos cuantos minutos y se pegan, juntando la parte ungida. Una vez se tiene la pieza ya armada, se procede a seccionar los bordes para que estén uniformes. Finalmente, se realizan los agujeros en un extremo.